La tilde diacrítica, sin embargo, no sirve para distinguir cada uno de los pares mínimos, opuestos por la tonicidad, que existan en español —como la preposición átona para de la forma verbal para (de parar), o el sustantivo masculino tónico don del tratamiento átono don, así como la preposición de y el pronombre te átonos, de los nombres de las letras t (te) y d (de) tónicos—, ya que estos últimos aparecen solo en contextos muy restringidos e imposibles de haber caso de ambigüedad. Asimismo, tampoco se usa el acento diacrítico cuando palabras con la misma escritura son tónicas y no tienen una (o más) correspondientes átonas. Por ejemplo ve del verbo ver (tercera persona singular del presente de indicativo) y ve del verbo ir (segunda persona singular del imperativo) no se diferencian con tilde diacrítica, puesto que ambas son tónicas en el habla. No obstante, en el caso de sé de saber y sé de ser (imperativo), ambas formas deben llevar tilde, porque hay que distinguirlas de la forma átona se (pronombre personal).
